Qué ver en Mulay Idris
A Mulay Idris llegamos casi a mediodía, con un sol de justicia y un poquito de hambre. Por eso, lo primero que hicimos tras aparcar a la entrada del pueblo por 10 Dhs, fue buscar un restaurante para comer. Trasteando un poco por internet dimos con un hostel muy colorido cuya cocina (Dar Zerhoune) se encontraba en la azotea con una terraza y unas vistas panorámicas y curiosas de la zona. Comimos unos platos de pasta, bebida y café por 130 Dhs.
Habíamos leído muchas cosas interesantes de Mulay Idris, sobre todo siendo uno de los lugares de peregrinación más famosos del país. Su nombre se debe a Idrís I, bisnieto de Mahoma y fundador de la Dinastía Idrísita.
Mausoleo Mulay Idris
La única parte del pueblo que no pudimos visitar porque está prohibida a los no musulmanes es el mausoleo, que tuvimos que verlo desde fuera.
Más allá de esto, la plaza principal y algunas pocas calles colindantes hacen de la visita a Mulay Idris bastante fugaz. Por lo visto el minarete que tienen es el único circular de todo Marruecos, pero a nosotros nos pasó desapercibido.
Dónde dormir en Mulay Idris
Desde Mulay Idris a Volúbilis
Desde Mulay Idris fuimos a Volúbilis, que ocupa 40 hectáreas y se veía desde la carretera principal. Para los más despistados, su nombre en árabe se pronuncia Oualili o Walili.
Ruinas romanas de Volúbilis – Marruecos
Se trata de una antigua ciudad romana con los restos arqueológicos mejor conservados de todo Marruecos. De ahí que esté declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.
Sus excavaciones delatan que los primeros habitantes fueron los cartagineses en el siglo III c.C. Y en el año 42 d.C. se anexionó al Imperio Romano hasta finales del siglo III, que pasó a manos de bereberes, griegos, sirios y judíos. (Su principal papel era la producción de trigo).
Fue a finales del siglo VIII cuando Idrís I convirtió en Volúbilis su refugio y punto de nacimiento del Islam en la zona. No nos sorprende entonces su cercanía a Mulay Idris. Por desgracia, todo quedó en ruinas y abandonado en el siglo XVIII, coincidiendo con el terremoto de Lisboa, la ciudad fue saqueada para la construcción de palacios en Meknes.
Qué hacer en Volúbilis
Lo mejor que hacer en Volúbilis es pasear entre sus ruinas y dejarse llevar. Nosotros tuvimos que pagar (de nuevo) para aparcar (otros 10 Dhs) y las entradas para los extranjeros son a 70 Dhs por persona. Sin embargo, merece la pena. Es recomendable llevar agua porque no hay nada más que ruinas en todo el recorrido.
Durante el mismo os encontraréis el Foro, la Basílica y el Templo de Júpiter situados en la parte más alta y eran el centro de la vida pública de la ciudad. También se pueden apreciar las termas, con su sistema de calefacción y las letrinas comunales.
El Arco de Caracalla, construido en el año 217 en honor al emperador y su madre y todo en mármol; y varios mosaicos, todos ellos en bastante buen estado de conservación, y sin duda, de lo más llamativo de la visita.